El Cine-Club ‘Más Madera’ proyectará en su sesión del jueves 27 de octubre la película india ‘La última película’, del director Pan Nalin. La película obtuvo la Espiga de Oro en la Seminci de 2021, que la distinguió como la mejor película del festival de cine de Valladolid.
Las sesiones del club tienen lugar en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura a las 21:00 horas. Las películas se ofrecen en version original con subtítulos en español y la entrada, que se puede adquirir en el propio acceso a la sala, tiene un precio de 3 euros.
Ficha técnica
Dirección: Pan Nalin
Año: 2021
Duración: 102 min.
País: India
Reparto: Richa Meena, Rahul Koli, Dipen Raval, Bhavin Rabari, Vijay Mer, Tia Sebastian, Kishan Parmar, Vikas Bata, Bhavesh Shrimali, Shoban Makwa
Guion: Pan Nalin
Género: Drama | Infancia. Cine dentro del cine
Música: Cyril Morin
Fotografía: Swapnil S. Sonawane
Productora: Coproducción India-Estados Unidos-Francia; Monsoon Films Private Limited, Jugaad Motion Pictures, Incognito Films, Virginie Films
Estreno en España: 18 de marzo de 2022
Distribuidora en España: Karma Films
Versión original: Guayarati subtítulos en español.
Premios y nominaciones
2021: Festival de Valladolid: Seminci: Espiga de Oro (mejor película)
2022: Representante de India para los premios Oscar 2022
Sinopsis
Samay, un niño de 9 años que vive con su familia en un pueblo remoto de la India, descubre el cine por primera vez y queda absolutamente hipnotizado. Contra los deseos de su padre, vuelve al cine día tras día y se hace amigo del proyeccionista que, a cambio de su comida, le deja ver películas gratis. Rápidamente se da cuenta de que las historias se convierten en luz, la luz en películas y las películas en sueños.
La crítica del club
Hay varias cosas realmente memorables en esta película. Unos pequeños apuntes y su aura de cuento nostálgico la dotan de una inusual ternura que nunca llega a caer en el sentimentalismo.

Una historia que te conmueve y que se queda contigo. Hará que recuerdes tus propias experiencias cinematográficas, seas o no un gran cinéfilo.
Preciosa y explícita declaración de amor al cine venida de tierras indias. El prestigioso guionista y director Pan Nalin (Samsara) firma su mejor película hasta la fecha, un derroche de admiración por séptimo arte y por su maravillosa capacidad de contar historias. Con clarísimas reminiscencias de Cinema Paradiso, el cineasta indio entrega una película menos melancólica que la de Tornatore y quizá también con menos aristas, pero con una visión tan clásica del arte del cine que entronca igualmente con la tradición del pasado, con la magia de la sala oscura y la artesanía asociada a las películas de celuloide, a los grandes proyectores, al misterio adherido a las ocultas cabinas donde el operador llevaba a cabo su trabajo.
Nos traslada Nalin a las afueras de Chalala, una pequeña ciudad de la península india de Kathiawar. Allí vive Samay, un vivaracho chaval de nueve años, con sus padres y su hermanita pequeña. La familia, procedente de la casta de los brahmanes, es sumamente pobre y se sostiene únicamente gracias a un humilde puesto de té en la estación de tren. Samay echa una mano a su padre ofreciendo el producto a los viajeros y también acude a la escuela en la ciudad. Pero excepcionalmente un día la familia acude a un cine para ver una película religiosa y la vida del joven Samay cambia por completo. Quedará fascinado por la magia del cine, por la luz que emana del proyector, por las historias que se desprenden de las imágenes en movimiento. Y sin que su familia lo sepa acudirá muchos días a ver películas con la complicidad del proyeccionista.
Contagiados por la emoción, Samay y su inquieta pandilla, investigan sin descanso para intentar captar la luz y proyectarla para lograr ver películas de 35 mm. Juntos, utilizan un truco innovador y logran con éxito fabricar un aparato de proyección. Sin embargo, perseguir tus sueños a menudo significa dejar atrás las cosas que amas.
Sería fácil (y limitado) definir esta dulce película como un ‘Cinema Paradiso’ exótico. Porque la propuesta de Pan Nalin es más etérea y ambiciosa. El director actúa como una suerte de chamán, un don Juan de Castaneda en los infiernos, que se proponecapturar las voces y las luces de infinitos cineastas con el fin de glosar la idea del cine como refugio, aliento, droga y vocación. El conjunto posee sus debilidades (el retrato familiar), pero acaricia la fibra del espectador desplazándolo a la infancia, la única patria del hombre en palabras de Rilke.

Próxima semana: XXI FICCAB (del 29 de octubre al 5 de noviembre)
Festival Internacional de Cortometrajes y Cine Alternativo de Benalmádena https://www.ficcab.org/
10 de noviembre
El buen Patrón, de Fernando León de Aranoa.