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Al principio de la era de los antibióticos las defensas humanas ganaron un poderoso aliado. Han sido clave en el control de enfermedades infecciosas, así como en el desarrollo de la cirugía y otros procedimientos médicos. Son, probablemente, los fármacos que más han transformado la medicina moderna, tanto en su uso para la lucha y control de bacterias patógenas, como para las oportunistas, habiendo pasado a ser también herramientas esenciales en aquellas circunstancias que debilitan nuestro sistema inmune (quimioterapia, trasplantes, cirugía, procedimientos diagnósticos, infecciones oportunistas, etc.). Desde mediados del siglo pasado, estos compuestos se emplean en medicina y veterinaria como herramientas terapéuticas para el tratamiento de enfermedades bacterianas. Junto a las vacunas son uno de los descubrimientos médicos que más ha contribuido a nuestra supervivencia y calidad de vida. Sin embargo, su existencia está muy amenazada por la creciente aparición de bacterias existentes a estos fármacos.

Los antibióticos son sustancias químicas que causan la muerte de las bacterias o, en su defecto, inhiben su crecimiento. Estas sustancias son producidas de forma natural por bacterias y hongos, principalmente, que viven en el suelo. Y los microorganismos que las producen las utilizan como armas químicas para competir entre ellos o como moléculas de señalización para comunicarse entre ellos y promover la coordinación entre diferentes individuos. En la naturaleza, los antibióticos cumplen diversos papeles ecológicos. Un uso indiscriminado y descuidado, junto al abuso o mal uso que hemos ido haciendo de los antibióticos desde la segunda mitad del siglo pasado, tanto en la salud humana como en la ganadería, han contribuido a la pérdida de potencia o eficacia de los mismos. Con este comportamiento se ha favorecido la aparición, a nivel mundial, de las superbacterias.

hoy en día nos enfrentamos a bacterias que se han hecho inmunes no solo a uno, sino a varios antimicrobianos. Incluso hay bacterias resistentes a todos los antibióticos existentes

Así ya hoy en día nos enfrentamos a bacterias que se han hecho inmunes no solo a uno, sino a varios antimicrobianos (bacterias multirresistentes). Incluso hay bacterias resistentes a todos los antibióticos existentes (bacterias panresistentes). No se trata de microorganismos nuevos sino “mejorados”, que han evolucionado y se han adaptado para sobrevivir al ataque del enemigo, los antibióticos. La resistencia bacteriana es un fenómeno natural. Sin embargo, es importante recordar que somos muy responsables de su incremento actual por el uso que hacemos de estos fármacos, con la modificación que hacemos del ambiente donde se desarrollan las bacterias.

Las enfermedades virales no son susceptibles de tratamiento con los antibióticos, ya que estos se dirigen a las membranas bacterianas (de características diferentes a las de los virus) o a los procesos internos que les permita la vida (que no existen en los virus). Pero como las infecciones virales pueden alterar las defensas naturales y adaptativas del huésped, con los virus hay mayor probabilidad de contraer enfermedades bacterianas secundarias, que solo se pueden tratar con antibióticos. Por todo esto, también el Covid-19 ha tenido su contribución en el recrudecimiento del problema de la resistencia bacteriana.

La resistencia, como hemos dicho, es un fenómeno de adaptación que tienen los distintos microorganismos, y en el caso que nos ocupa, las bacterias, que les confiere una ventaja natural frente al medio natural en el que se encuentran. Para ello, son capaces de desarrollar diferentes mecanismos de resistencia o modificaciones, algunos de ellos heredados y otros adquiridos (de los que las bacterias tienen capacidad), ambos transmisibles. Se trata de mutaciones genéticas que les permiten la convivencia (a las bacterias), en un mundo de antibióticos: GENES DE RESISTENCIA, con la creación o aparición de BACTERIAS RESISTENTES:

• Mecanismos de Inactivación con modificación del metabolismo, que consiste en la producción de enzimas que inactivan a los antibióticos.
• Mecanismos de Interrupción con modificación del punto diana sobre el que actúa el antibiótico.
• Transferencia Parental (heredada), que la bacteria transmite a su progerie en su división para la creación de descendencia.
• Transferencia Horizontal (adquirida), entre los que encontramos por diferentes vías:
◦ Con intervención de otras bacterias: intercambio, recombinación o por el fenómeno de conjugación, que tiene lugar por medio de plásmidos (estructuras genéticas circulares y por ello más estables e individuales), pero que requiere también la intervención de otras bacterias.
◦ A partir de virus: transducción (virus que interactúa o infecta a las bacterias vehiculizando dichos fragmentos genéticos de resistencia).
◦ Del medio ambiente: transformación (incorporación de genes directamente del medio).

Cuando suministramos un antibiótico para uso humano o veterinario, este solo se metaboliza parcialmente y, en consecuencia, gran parte del antibiótico administrado se excreta a través de la orina y las heces. Así los antibióticos y los productos de su degradación acaban en el medio ambiente, convirtiéndose estas estructuras o elementos, en contaminantes emergentes, que alteran, no solo el funcionamiento de los diferentes ecosistemas en los que se encuentran, sino que son parte de las vías de exposición (agua, suelo), que a través de diferentes vectores de diseminación finalizan en el ser humano. De esta manera tanto las bacterias resistentes como sus genes se han convertido en un problema global. Tanto en su producción como en su diseminación, intervienen muchos factores:

• Uso en salud humana:

  • Prescripción
  • Automedicación
  • Mala utilización o interrupción
  • Mercado ilegal, fraudulento (medicamentos caducados, falsificados…)
  • La dieta, en su influencia sobre la microbiota (alimentos procesados y ultraprocesados)
    -…
    • Uso en ganadería (tratamiento y engorde)
    En principio, los productos de origen animal no deben ser consumidos hasta que el animal haya metabolizado el fármaco y hay un tiempo establecido entre la administración y el sacrificio para su consumo. Pero aun así es posible encontrar residuos en carnes, huevos y leche (en Europa la EFSA establece las directrices a aplicar).
    (Interconexión Intestino animal-Intestino humano)
    • Aguas residuales, depuradoras…
    • Residuos orgánicos, lixiviados, estiércol o pruines…
    • Alimentos, también de origen vegetal (por el paso a suelo de los contaminantes…).
    • …

Sin embargo, aunque los niveles estén dentro de la normativa vigente y sean incluso indetectables, lo cierto es que estamos continuamente expuestos a residuos de antibióticos.

“La salud humana, la de los animales y la del ambiente, están íntimamente relacionadas”

Los antibióticos liberados al ambiente (agua, suelos), ejercen una presión selectiva sobre las bacterias ambientales promoviendo, como hemos visto, la diseminación de genes. Pueden encontrarse en cualquiera de los diferentes ECOSISTEMAS, entre los que existe un importante y continua interconexión; entre ellos pueden circular los distintos microorganismos, incluidos los patógenos, de forma que la salud de un ecosistema condiciona la de cualquiera de los otros y viceversa.

‘One Health’ (una sola salud)

El uso extensivo de antibióticos, que produce una rápida producción y propagación de resistencias, plantea altos riesgos para la salud humana y la salud ambiental. Y son un peligro potencial por la influyente capacidad que tiene en alterar tanto el microbioma humano, el microbioma animal, como el microbioma ambiental y los reservorios (como el medio hospitalario), estrecha e íntimamente relacionados e interconectados.

Por todo ello y para elaborar la forma de combatir la influencia de las bacterias resistentes en los distintos aspectos sobre los que ejercen su influencia, se necesita una batería de medidas, entre las que se incluyen:

  • Técnicas

– Nuevas terapias: otras moléculas con capacidad antimicrobiana; inhibidores de los mecanismos de resistencia; uso de bacteriófagos (virus bacterianos, FAGOS), para combatir infecciones bacterianas; la dieta (por su influencia en la microbiota intestinal) etc.

– Aspectos ligados a la producción animal

– Tratamiento de aguas

– …

  • Socioeconómicas

– Sistemas de vigilancia

– Regulación

– Intervención

  • y medidas Políticas

Lo preocupante, en el momento actual, de las infecciones por bacterias en la que aparecen resistencias, es que

  • Requieren tratamientos más prolongados
  • La toxicidad (por el tratamiento)
  • Estancia más prolongada en el hospital, que sigue siendo el reservorio principal por la presencia de pacientes graves tratados con múltiples fármacos.

Las infecciones por bacterias resistentes o multirresistentes son una de las mayores amenazas para la Salud Pública. Tanto en costes de vidas como por el gasto económico derivado. Y aunque las consecuencias se observan sobre todo en el entorno clínico (más dramático), el problema de su diseminación tiene su origen en el medio ambiente, entendiendo como tal: los entornos agrícolas, ganaderos y urbanos. Y esto plantea un reto integral.

“Es difícil imaginar una era posterior a los antibióticos en la que no podamos emplearlos. Pero la resistencia a estos medicamentos es cada vez más habitual entre las bacterias patógenas y se está convirtiendo en uno de los principales problemas de Salud Pública, amenazando en convertirse en una pandemia incluso mayor que la covid”. “Una pandemia que ya se denomina pandemia silenciosa”.

Por María Piedad Sánchez Casado, licenciada en Medicina.

benaltertulias.blogspot.com