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Mosaico de las Tres Gracias en la Villa Romana de Fuente Álamo
Mosaico de las Tres Gracias en la Villa Romana de Fuente Álamo / Foto: Ayuntamiento de Puente Genil

En la mitología griega, “Las Tres Gracias” eran las diosas de la alegría, el encanto y la belleza. Sus nombres son Aglaya, Eufrosine, y Thalía. Cuesta pronunciar sus nombres, pero chicos, merece la pena conocer tan encantadora historia. 

Mirad, cuenta la leyenda que su función principal, recaía en presidir fiestas y espectáculos, confortar ricos banquetes, animar bailes y cualquier otra forma de diversión, -una pasada- tanto para amenizar dioses, como a seres humanos, se les conocía como ¡Las Tres Gracias! ¡Súper guay!

Las escenas tienen lugar en Fuente Álamo, Villa Romana de Puente Genil.

-yo soy Aglaya, diosa de la alegría, con mi permanente sonrisa atraigo a los hombres del mundo. Para mí no existen las penas, solo el gozo y el placer.

-yo soy Eufrosine, como ven atraigo por mis encantos naturales, la belleza y hermosura.

Thalía, con su gran destreza, movía las caderas, brazos al compás y las piernas parecían ir por el aire en graciosos saltarines. ¡Yupiii!

-Yo soy la diosa Thalía, mi arte es bailar y bailar hasta que se rindan mis pies –decía-

A esta danza griega, se incorporaban entre saltos y risas, Aglaya y Eufrosine, adoptando la pose de unión, es decir abrazadas con sus brazos cruzados, una con otra, dando la sensación de jugar a la rueda.  ¡Guaooo!

Junto con las musas, cantaban a los dioses en el monte Olimpo y siempre bailan con música divina de Apolo, al son de la lira.

Las Tres Gracias fueron tratadas como una personificación triple de gracia y belleza. ¿Chulo verdad?

Pero existía cierta rivalidad entre ellas, no sólo por su belleza sino por el encanto que transmitía al género masculino.

También dicen diferentes historiadores, eran de  razas y culturas distintas, eso sí, a cual más bella y siempre rodeaban sus desnudos cuerpos con flores y perlas encadenadas a sus cinturas. ¡Qué belleza!  Bueno este de la foto es Baco, dios del vino y de las juergas.

Cuentan que algunas noches de luna llena, cuando está próxima a la tierra, las luminiscencias dan vida a tan divertidas doncellas.

Al parecer, un encantamiento similar debió influir en Fuente Álamo, sucedió una noche calurosa de agosto hace muchísimos años, en la casa donde un señor vivía rodeado de criados, manjares y todo lujo de comodidades.  Precisamente en el salón de reuniones y fiestas, se conserva un extraordinario mosaico que representa las tres mujeres más sexis del mundo. ¡Chachi!

Pues aquella noche como por encanto, se convirtieron en realidad y por arte de magia se pusieron a bailar por todo el salón, alborotando la mansión del dueño de aquella época. ¡Qué sorpresa!

-he ¿qué está pasando?  Gritaba sorprendido.

Por aquellos alrededores vivía también un sátiro feísimo, con cuerno en la cabeza, que se dedicaba a acosar a las ninfas del gran rio que pasaba cercano.  ¡Cha,chan!

El curioso y místico hábitat de las ninfas y nereas, precisamente al paso de manantiales y fuentes importantes -el Álamo- y el Genil, entre el monte y el bosque, rio abajo.

-Dejarme bailar, soy la más bella –decía Thalía-

-También soy patrona de la comedia, ¿no veis mis mascaras cómicas a mis pies?

Mientras movía su hermoso cuerpo en graciosas vibraciones.

He aquí que pronto se escuchó un estrepitoso sonido en aquel salón imperial de la Villa Romana, apareció un horrible sátiro con su cuerno.

-Eh, bellas doncellas, venid conmigo a las orillas del rio, en esta noche calurosa nos bañaremos a la luz de la luna.  ¡Flipa!

Aglaya, Thalía y Eufrosine no entraron en la misiva, haciendo oídos sordos de aquel monstruo inhumano, mientras bailaban, reían y se divertían con la lira de Apolo. 

Cuando de pronto apareció otro personaje que por bello causó impresión, se trataba del caballo alado Pegaso, el primer caballo que llegó a estar entre los dioses, hijo de Neptuno y Medusa en la mitología romana. ¡puf!

-¿Alguien quiere subir a mi montura para volar alto? Preguntó.

Pegaso el caballo volador hermano de Crisaor, nació de la sangre derramada por Medusa, cuando Perseo le cortó la cabeza.  ¡Vaya historia!

Medusa poseedora de una propiedad increíble, tenía el poder, quién la miró a los ojos, quedó hecho de piedra. ¡Ay mi madre!

Por su parte, el cuadrúpedo blanco, tiene dos alas que le permite volar. Una característica de su vuelo es que cuando lo realiza, mueve las patas como si en realidad estuvieran corriendo por el aire.

¡Venga ya!

Al poco rato, una ninfa subió a lomos de Pegaso y este sobrevoló los alrededores de la Villa Romana, desde lo alto se veía la belleza de la tierra hechizada.

-Espectacular Pegaso, no corras ¡porfa!

Una noche encantada en Fuente Álamo, también tiene su final, cuando los primeros rayos de sol despuntan la madrugada.

Lo que siempre perdurará son los conjuntos figurativos de sus mosaicos, arte decorativo usado para crear dibujos mitológicos que nos hace soñar su pasado.

Una escritura de leyenda que no debes perderte en la Villa Romana de Puente Genil.   

¡Qué descaro, cuanta alegría se vivió en aquellas fiestas!