Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores
Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores / Foto: Hermandad Sacramental del Nazareno.
Rafael Gamero
Rafael Gamero

Sin lugar a dudas la más antigua, solo queda su rostro tras los sucesos de quema de imágenes en el año 1936 en la puerta de la Parroquia Santo Domingo. Me refiero a la cara de la Virgen de los Dolores, rescatada de las llamas por Mariana La Zapatera. Posiblemente la primitiva imagen corresponda al siglo XVII. En segundo lugar, también Hermandad Nazarena, corresponde la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno del escultor granadino José Gabriel Martín Simón, año 1938. Se trata del mismo escultor que hizo la talla de Ntro. Padre Cautivo de Málaga. Ambas imágenes fueron encargadas por el benalmadense José Carrasco Castilla cuando este era Hermano Mayor de la Virgen de la Trinidad. Curiosamente llegó el mismo día en el mismo camión de transporte desde Granada, donde Martín Simón tenía el taller.

De la imagen original de la Virgen de los Dolores solo sobrevivió el rostro en los sucesos de 1936. Mariana La Zapatera la rescató de las llamas

La Virgen de los Dolores del Arroyo, es una talla anónima de la escuela granadina, adquirida a mediados del siglo XX, propiedad por donación, de la Parroquia Inmaculada Concepción. Con la expansión de hermandades y cofradías aparecieron nuevos escultores en el último tercio del XX. Comienzo por el escultor veleño Israel Cornejo, quien talló una de las imágenes más bellas de la Virgen Santísima del Mayor Dolor y del Coronado de Espinas, para Arroyo de la Miel. El primitivo Cristo de la Redención, talla del imaginero Salvador Reina Segovia restaurada después por José Dueñas. Quizás este imaginero malagueño sea el autor que tenga más obras en Benalmádena: entre otros, Ntro. Padre Coronado de Espinas, Jesús a su Entrada en Jerusalén, María del Auxilio, Esperanza y otras.

Aunque opiniones y criticas hay de todos los gustos, al parecer, Dueñas es autodidacta; muchas de sus imágenes son reformas de esculturas de otros autores, como sucede con el Cristo de la Redención, o el Cautivo de Manuel León. Dicho esto, sus obras son numerosísimas de contrastada importancia artística.